
05 Oct El 17% de las personas que obtuvieron el permiso de conducir no pudieron disponer de un vehículo adaptado
Resultados del estudio sobre discapacidad y permiso de conducción realizado por FESVIAL y la Fundación CNAE en colaboración con la Fundación ONCE
El 17% de las personas que obtuvieron el permiso de conducir no pudieron disponer de un vehículo adaptado
- FESVIAL solicita a la Administración que provea los recursos necesarios para poder dotar a los centros de formación de la equipación necesaria
- Menos del uno por ciento de las autoescuelas están preparadas para la formación de discapacitados
- CNAE alerta de que el 8% de las personas que obtuvieron el permiso de conducir tras una discapacidad tuvieron que poner a disposición de la autoescuela su vehículo adaptado.
Madrid, 5 de Octubre de 2017.- Cerca de medio millón de personas en España padece alguna discapacidad que les afecta a la conducción de vehículos, pero sólo unas 60.000 tienen prescrito el uso de adaptaciones en su vehículo.
El objetivo de este estudio es conocer la realidad que viven las personas con discapacidad en España respecto a la conducción, y analizar las dificultades a las que han de enfrentarse, no solo para conducir, sino también para acceder a los permisos.
El estudio, realizado por FESVIAL y Fundación CNAE, en colaboración con la Fundación ONCE, ha puesto de relieve, en palabras de Javier Llamazares, director general de FESVIAL, entre otros aspectos, “las dificultades de los discapacitados a la hora de obtener el permiso de conducir, ya que pocas autoescuelas en España tienen los recursos necesarios para llevar a cabo una formación óptima para este sector de la población. Desde FESVIAL se solicita que las administraciones públicas ayuden a estas autoescuelas a incluir estos recursos, ya que menos del uno por ciento de las autoescuelas españolas están preparadas para la formación de discapacitados”, subraya Llamazares.
En los últimos años, las nuevas oportunidades para las personas con discapacidad han hecho que de nuevo se hable de la necesidad de redefinir el equilibrio que garantice su seguridad y la de los demás usuarios y usuarias de la vía.
Roberto Ramos, director de Formación en la Fundación CNAE, alerta de que los profesores de autoescuelas “no están totalmente preparados para formar a alumnos discapacitados. En este sentido la legislación y el propio Reglamento General de Conductores presenta lagunas ya que no prevén qué tipo de adaptaciones hay que contemplar”.
“Lo habitual es que sea el propio alumno el que tenga que realizar las adaptaciones al vehículo con el que se formará en la autoescuela”. De hecho en este estudio se pone de manifiesto que el 17% de los alumnos que obtuvieron el permiso de conducir, se encontraron con el problema añadido que supone la no disponibilidad de un vehículo adaptado.
“Cada discapacidad es un mundo y tiene diferentes grados, por lo que es muy difícil tener un modelo vehículo universal adaptado a cada uno de estos alumnos”, señala Ramos.
Este estudio ha permitido comprobar que en la mayoría de los casos, la discapacidad no está necesariamente reñida con la conducción. Sin embargo, algunas personas se encuentran con obstáculos importantes a la hora de poder ejercer su derecho a conducir, o más concretamente, a la hora de poder acceder a un permiso de conducción.
Resulta llamativo que más de un 8% de las personas que obtuvieron el permiso de conducir tras su discapacidad se vieron obligadas a poner a disposición de la autoescuela un vehículo adaptado a sus necesidades.
Las personas que no consiguieron obtener el carnet, mencionan en mayor medida problemas en el proceso, y en general, lo valoran peor, con una diferencia notable que va de los 7 puntos sobre 10 de media en el caso de las personas que obtuvieron el permiso a los 4,73 puntos sobre 10 en el caso de las que no.
Estas dificultades ponen de manifiesto la necesidad de mejora en el proceso de obtención de los permisos de conducción, a fin de conseguir la igualdad de oportunidades en el acceso al permiso, que tan importante es en términos de autonomía para las personas con discapacidad, y que puede contribuir a mejorar en justicia en nuestras sociedades, sin por ello bajar la guardia en el reto constante que supone la seguridad vial.